MIRADOR DE NUESTRA SEÑORA DEL MONTE (LA PERALEJA)

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Mirador Ntra. Sra. Del Monte (ermita nuestra Sra. Del Monte, entorno de La Peraleja):

Este mirador de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense está situado en uno de los lugares más elevados del término municipal de La Peraleja, junto a la ermita de Ntra. Sra. del Monte. A continuación, encontrarás más información sobre este territorio, datos y curiosidades que enriquecerán tu visita por La Alcarria Conquense.

 

El río Guadamejud

Eje vertebrador de La Alcarria Conquense.

Desde este mirador puedes observar un amplio valle formado por el paso constante y paciente de las aguas del río Guadamejud, que nace y muere en La Alcarria Conquense. Su extensa vega, ha sido cultivada a lo largo de la historia por pueblos celtíberos, romanos, musulmanes y cristianos. En las tierras de los 11 municipios que atraviesan sus aguas, se han hallado más de 50 yacimientos arqueológicos de la Edad del Hierro. Municipios como Villar de Domingo García, Valdecañas o Bólliga albergan cuevas naturales excavadas en la roca arenisca, desde las que se divisa el valle y que pudieron ser el refugio de pueblos nómadas. Fueron habitadas por monjes eremitas (ermitaños) en el medievo y transformadas ya en el siglo XX en lugares de cobijo para los pastores y sus rebaños.

Algunas fuentes apuntan a que el término Guadamejud es una deformación lingüística del nombre propio de un soberano de la dinastía taifa, que construyó algún tipo de edificación en este territorio (concretamente en Villanueva de Guadamejud) antes de la Reconquista, en época musulmana. Otras, a que hace referencia a la castellanización del topónimo andalusí cuyo significado viene a ser algo así como “el rio de los ciruelos”, haciendo alusión a la presumible abundancia de este árbol frutal en el territorio.

Independientemente del origen de su nombre, el Guadamejud es un río con historia. Se pueden conocer de cerca sus secretos a través del sendero PR-CU 09 que discurre íntegramente por la localidad de La Ventosa y sus cinco “villas”: Bólliga, Villarejo del Espartal, Fuentesbuenas, Culebras y Valdecañas.

 

Las estepas yesosas

Un territorio con apariencia marciana

En este entorno casi árido, manchado de cerros y sin apenas vegetación, encontramos uno de los hábitats más característicos de la provincia de Cuenca: las estepas yesosas. Está declarado Espacio Natural Protegido e incluido en la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC).

La Red Natura 2000 es la red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad. Está formada por espacios naturales de alto valor ecológico y tiene la finalidad de asegurar la supervivencia a largo plazo de la biodiversidad y los hábitats más amenazados de Europa. Las ZEC, por tanto, son zonas que la Red Natura 2000 protege por su elevado valor medioambiental.

Nos encontramos en una superficie de estepas yesosas considerada como la más extensa, mejor conservada y más representativa de la provincia de Cuenca. Forman un entorno geológico muy característico, marcado por la presencia masiva de yesos en sus suelos y escasa materia orgánica. La escasa vegetación que podemos observar es específica de estos hábitats y se adapta especialmente a ellos, como la vegetación gipsófila ibérica. En el panel de Ntra. Sra. Del Monte de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense, tenemos dos claros ejemplos de estas plantas endémicas: Brassica repanda subsp. gypsicola y Helianthemun marifolium subsp. conquensis, ambas catalogadas como de interés especial en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha.

A pesar de su aspecto agreste, similar en ciertos aspectos al de Marte, estos hábitats singulares están llenos de biodiversidad faunística, incluyendo especies protegidas amenazadas como el búho real (Bubo bubo), el águila real (Aquila chysaetos) y el alcaraván (Burhinus oedicnemus; Imagen 4).

 

La Peraleja

Pueblo por derecho propio

Situado en el valle del río Guadamejud, a los pies de este mirador, nos encontramos con La Pera-leja, un pueblo con historia. Su nacimiento como pedanía de Huete se produjo en tiempos de repoblación cristiana. En 1601 consigue su independencia, convirtiéndose en una villa de realengo, es decir, con jurisdicción directa del rey. Sus habitantes se dedicaban a la agricultura (sobre todo al cultivo del cereal), al ganado lanar y a la apicultura. En esta época, la villa disponía de un molino harinero, otro de aceite, taberna y ayuntamiento. Sus 900 habitantes ocupaban 225 viviendas.
De esta época datan, también, las casas cueva o las casillas (Imagen 5), tal y como se las conoce popularmente y que puedes ver en la imagen. Los materiales blandos (areniscas, margas y arcillas) permitían excavar fácilmente el terreno y crear estas cuevas artificiales que, originalmente, se encontraban fuera del núcleo poblacional. A medida que éste crecía, iba integrando estas barriadas periféricas. Sus propietarios solían ser familias de poco poder adquisitivo, sin títulos nobiliarios ni tierras que utilizaban estas cuevas como viviendas. Con el paso del tiempo, algunas de ellas em-pezaron a utilizarse como corrales o bodegas donde guardaban las tinajas de vino.

 

Fiestas de la Candelaria y San Blas

Hogueras para apagar la enfermedad

Cada primer fin de semana de febrero se celebran en La Peraleja las fiestas de la Candelaria y de San Blas. Todo comienza con el encendido de la hoguera en la Plaza de las Escuelas en la medianoche del viernes. Se enciende en honor a San Blas de Sebaste, patrón de las afecciones de garganta, al que el pueblo de La Peraleja se encomienda para no sufrir catarros ni gripes en esta época del año. La hoguera se mantiene encendida ininterrumpidamente hasta el domingo. El sábado se celebra la misa y la procesión de la Candelaria, en la que se rememora el momento en el que la Virgen María presenta al niño Jesús en el templo y en sociedad, tiempo después de su nacimiento. Tras la procesión, la imagen es colocada en su altar, donde espera su ofrenda, compuesta por 2 pichones y un pastel.

El domingo, es el turno de San Blas. Este día se celebra su misa y su procesión.  Al finalizar, se reparten las caridades o panecillos de San Blas: panes bendecidos de los que, antiguamente, se decía que su consumo sanaba afecciones de garganta o dolores de muelas. Otros, en cambio, los guardaban como un “amuleto” en su vivienda, pues existía la creencia popular que afirmaba que, si guardabas todo el año el panecillo en tu hogar, no sufrirías hambre ni penurias.

Para terminar la festividad, los asistentes recorren las calles del pueblo desde la Iglesia de San Miguel Arcángel hasta la plaza, bailando al ritmo de dulzainas y tambores, todos cogidos de las ma-nos y con los brazos arriba, realizando el baile típico de La Peraleja: “el galopeo” (Imagen 6). Una vez llegan a la plaza, los asistentes disfrutan de una comida de convivencia y se despiden entre cantes hasta el año siguiente.

 

No te puedes marchar sin saber que…:

En la cercana localidad de Saceda del Río existe una antigua mina romana, la Cueva de Sanabrio, de yeso especular o lapis specularis, como lo llamaban los romanos.  El material que se extraía era un tipo de yeso cristalizado, casi traslúcido, que permitía que fuera usado a modo de cristal en las ventanas, para recubrir fachadas o mezclado con otros materiales para pavimentar el suelo. El yeso especular de esta zona tenía fama en todo el Imperio Romano por ser el de mejor calidad. Por ello, su explotación supuso un impulso económico para este territorio que, gracias a la extracción de este material, vivió un periodo de esplendor. En torno a las minas crecieron diversos asentamientos humanos para satisfacer la mano de obra y diversos oficios artesanos como el del esparto, planta abundante en la zona, con el que fabricaban capazos para transportar el yeso extraído. La Cueva de Sanabrio es una mina visitable en la que podemos observar la belleza de estos yacimientos mineros y ponernos en la piel de los antiguos trabajadores que, bajo tierra, se jugaban la vida para extraer este material.

 

Para saber más:

Díaz-Andreu, M., y Sandoval León, M. D. (2009). El poblamiento en la Cuenca del río Guadamejud (Cuenca) durante la II Edad el Hierro. Zephyrvs, 44.
García Grinda, J. L. (2005). Arquitectura popular de La Alcarria Conquense. CEDER Alcarria Conquense. Delegación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha.
Dirección General de Montes y Espacios Naturales (2014). Plan de gestión de Las Estepas Yesosas de La Alcarria Conquense. Consejería de Agricultura. Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.
CEDER Alcarria Conquense. Información turística sobre el entorno de río Guadamejud.
Gómez de Mora, D. Información histórica sobre La Peraleja y otros pueblos de la Alcarria.
Turismo Huete. Información turística sobre las minas de lapis specularis.

 

 

 

 

 

Map

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