EL BALCÓN DE LA ALCARRIA (CASTEJON)

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Mirador “Balcón de la Alcarria”(Castejón)

Este mirador de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense está situado en el casco urbano de la localidad de Castejón, un lugar privilegiado que ofrece un paisaje alcarreño inigualable. A continuación, encontrarás más información sobre este territorio, datos y curiosidades que enriquecerán tu visita por La Alcarria Conquense

 

El valle del río Guadiela.

El río más importante de la comarca alcarreña conquense.

Ante nosotros se presenta la original geografía de La Alcarria Conquense, de llanuras y páramos, de sierras en las que termina el horizonte. El pueblo de Castejón, asentado en lo alto del cerro que le da su nombre, puede presumir de estar abrazado por los valles de dos ríos alcarreños: el valle del río Guadamejud y el valle del río Guadiela. Este último es el que observamos desde este mirador de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense, siendo el más importante de la comarca. 

El río Guadiela nace en lo alto de la Serranía de Cuenca y, en su camino hacia el río Tajo, recibe las aguas de sus principales afluentes: el río Cuervo y el río Escabas. Estos tres ríos comparten la extraordinaria calidad de sus aguas en los primeros tramos de sus cauces, cerca de sus nacimientos en la comarca de la Serranía de Cuenca, que les ha hecho merecedores de la concesión de una importante figura de protección medioambiental: su declaración como Reserva Natural Fluvial (RNF). Con esta declaración, la Administración Pública pretende preservar aquellos tramos de ríos con escasa o nula intervención humana y en muy buen estado ecológico, además de poner en valor la importancia de los sistemas fluviales como hábitats para de una abundante biodiversidad.

Al igual que el río Tajo, el Escabas o el Júcar, todos ellos ríos importantes de la provincia de Cuenca, el río Guadiela también fue “camino de agua” para el transporte de troncos de madera a través de las emblemáticas maderadas, en este caso, muy probablemente, hasta la zona de desembarco de Aranjuez ya a lomos del río Tajo. Los encargados de esta ardua labor eran los gancheros, oficio perdido, como las maderadas, desde que los camiones se abrieron paso por el monte y ya no fue necesario echar los troncos de madera a los ríos. Quién sabe cuántos gancheros o jornaleros vinculados a otras tareas asociadas al transporte fluvial de la madera salieron de los pueblos del entorno que contemplas desde este mirador.


 

El cultivo de cereal en el valle del Guadiela

El río más antiguo de La Alcarria Conquense

Podemos leer en este panel de la Red de Miradores de La Alcarria Conquense que los cultivos principales del valle del Río Guadiela son los cultivos anuales, representados principalmente por cereales y girasol, en alternancia de cultivo. Si viajásemos en el tiempo y retrocediéramos siglos atrás, comprobaríamos que los cereales, en particular el trigo, alimento básico en la alimentación humana, ya formaban extensas alfombras verdes en este valle.

El trigo es el cereal cultivado más antiguo. Esta gramínea motivó el asentamiento de pueblos históricamente nómadas en territorios fértiles donde podían desarrollar su cultivo. En la Prehistoria, en el período Neolítico, nuestros ancestros comenzaron a sembrar semillas de trigo silvestre, que año tras año y gracias a su capacidad de adaptación, se fue acostumbrando a la mano del hombre y se dejó “domesticar”. Así lo afirma un reciente estudio internacional, en que ha participado el CSIC y que, tras años de investigación, ha conseguido secuenciar el genoma del trigo, evidenciando cambios genéticos a lo largo de la historia como consecuencia de la intervención humana. El trigo silvestre dispersaba sus granos en cuanto maduraban, pero, tras su reiterado cultivo, terminó por adaptarse y cambió su genética, comenzando a mantener los granos maduros dentro de la espiga, sin dispersar por el suelo y, permitiendo a los humanos, de esta manera, cosecharlo.  Así, ha llegado a nuestros días la variedad Triticum aestivum (trigo harinero o trigo blando) que es la más cultivada no sólo en esta comarca alcarreña sino en todo el planeta, destinándose un gran porcentaje de la producción a la industria de transformación (es decir, a la elaboración de alimentos procesados).

Observando este bellísimo paraje no es difícil imaginarse a los antiguos labradores, durante la siembra, lanzando granos de trigo “a voleo” sobre el terreno. Ni tampoco a los segadores, durante la cosecha, hoz en mano, cortando los tallos del trigo bajo el sol. Los chozos de pastor, construcciones típicas de La Alcarria Conquense y, que podemos encontrar en esta localidad de Castejón, eran precisamente el refugio o lugar de descanso de estos campesinos en la temporada de labranza o de cosecha, en las que trabajaban de sol a sol. Hoy en día ya no vemos ninguna figura humana trabajando a mano la tierra, sólo queda el rastro que, sobre el terreno, van dejando los arados empujados por tractores. 

 

Los eremitorios medievales de Castejón

Un patrimonio natural que se funde con el patrimonio histórico

Desde lo alto de este cerro de Castejón podemos perder la mirada en el horizonte sin darnos cuenta del paso del tiempo. Aquí, el patrimonio natural alcarreño no sólo resalta por su riqueza paisajística… Ante nosotros se extiende el valle del río Guadiela, que también guarda tesoros arqueológicos escondidos entre espliegos y tomillos. Nos referimos a los eremitorios medievales, que se localizan principalmente en dos parajes de este entorno: El Romeroso y Las Hazas. Los eremitorios son cuevas naturales o excavadas por antiguos ermitaños (o eremitas) que las convertían en su hogar, durante el primer periodo de la Alta Edad Media.

Para remontarnos a su origen en Castejón, habría que viajar en el tiempo hasta el siglo VI cuando el monje Donato “El Africano” se instaló con su congregación a los pies de la ciudad romana de Ercávica (prácticamente abandonada para entonces). A su muerte, levantaron en su honor el Monasterio Servitano y, en torno a él, a lo largo de varios kilómetros a la redonda se empezaron a establecer los monjes eremitas. Éstos, para su recogimiento y vida ascética, elegían cuevas naturales del territorio y las ampliaban gracias a la facilidad de la arenisca (material geológico predominante en la Alcarria) para ser excavada a pico y pala. Cuenca es una de las provincias españolas que más eremitorios alberga de toda la Península Ibérica, con más de 150. En Castejón se contabilizan más de veinte, todos ellos datados en el siglo VII, incluido el más grande de la comarca con unos 200 m2 y 9 puertas de acceso.

Muchos eremitorios están mal conservados o medio hundidos. Hay que resaltar que, tras su abandono por parte de los monjes, fueron los pastores los que ocuparon estos “lugares de paz” para convertirlos en “corrales”. Actualmente, el Ayuntamiento de Castejón está trabajando para poner en valor estos espacios y poder conocerlos de cerca a través de una ruta que los recorra en su totalidad. En la siguiente imagen puedes ver la localización de los eremitorios de Castejón (Imagen 2).

 

D. O. P. Aceite de la Alcarria

Una variedad de aceituna única

El paisaje alcarreño se convierte en protagonista de este maravilloso enclave, en este balcón escarpado con vistas a valles, páramos y pueblos con historia. Aquí, La Alcarria Conquense nos acoge entre campos de cereal y girasol. Entre plantas aromáticas y olivares. Esta zona geográfica se caracteriza por sus veranos calurosos, secos y por sus inviernos fríos con heladas frecuentes. Si combinamos este clima con suelos pobres en materia orgánica, poco profundos y de pendientes pronunciadas y le sumamos una altitud media de 700-900 m, obtenemos un resultado sorprendente: una variedad endémica de aceituna denominada Castellana o Verdeja. Es una variedad que da lugar a aceites de oliva virgen extra afrutados y aromáticos, de color verde limón y con denominación de origen propia: Aceite de La Alcarria.

Si te fijas en este pasaje, podrás observar los olivares en las laderas de los cerros. Estos árboles frutales crecen en suelos pedregosos, en las áridas laderas de los páramos típicos alcarreños. La excelente adaptación de estos frutales al entorno les ha dado con los años una gran resistencia a plagas y enfermedades. Por ello, un gran porcentaje de olivares se cultiva en ecológico, es decir, sin usar abonos, fertilizantes y con un manejo del cultivo en el que la labranza se reduce al mínimo para preservar la flora y la fauna del terreno.

La recolección de aceituna se hacía tradicionalmente “vareando” el olivo, es decir, golpeando sus ramas con destreza para que las aceitunas se desprendieran del árbol, normalmente utilizando largas varas de avellano. También se usaban cestas y canastos de mimbre que los agricultores se colgaban con cuerdas sobre los hombros y a la altura de la cintura, para proceder a “ordeñar” el olivo, es decir, para arrastrar las aceitunas desde las ramas al canasto usando la fuerza de las manos y en un gesto similar al del ordeño de animales. Esta técnica, la más antigua, se usaba en olivos de bajo porte. Actualmente, la tecnología se ha impuesto a la tradición y la recolección es mecanizada casi en su totalidad. 

 

No te puedes marchar sin saber que…:

La comarca de La Alcarria Conquense alberga uno de los escasos yacimientos del Paleolítico encontrados en la Península Ibérica. Estamos hablando del Abrigo de Buendía (Imagen 3), situado en la localidad de Castejón. Los restos hallados tras las excavaciones llevadas a cabo desde 2005 han datado este yacimiento en el Paleolítico Superior, más concretamente en el Magdaleniense. Su existencia era conocida desde finales del siglo XX, pero las prospecciones comenzaron años después, tal y como puedes ver en la imagen. Desde entonces, son varias las intervenciones que se han llevado a cabo. Entre los hallazgos encontrados predominan huesos de animales (ciervos, cabras), moluscos, carbón y distintas piezas de sílex. Los expertos barajan la hipótesis de que este fuera un refugio estacional que las poblaciones nómadas habitaban en las estaciones propicias para la caza. (Aquí se inserta la imagen 3: Abrigo de Buendía. Fuente: verpueblos.com)

 

 Para saber más:

García Grinda, J. L. (2005). Arquitectura popular de La Alcarria conquense. CEDER Alcarria Conquense. Delegación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha.
Domínguez Solera, S., Muñoz, M. (2014). El paleolítico inferior y medio en La Alcarria Conquense. Diputación Provincial de Cuenca.
CEDER Alcarria Conquense. (2006). Guía del patrimonio de La Alcarria Conquense.: pueblo a pueblo. Cuenca. CEDER Alcarria Conquense.
Jara Fuente, J. A., Ruiz López, J. F. (2023). Cuenca: su historia y sus tierras. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
CEDER Alcarria Conquense. Información turística de Castejón.
Vestal Etnografía (2023). Las Cuevas Santas: un paseo por los eremitorios de Castejón. Documento audiovisual.
D. O. P. Aceite de La Alcarria.

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EL BALCÓN DE LA ALCARRIA (CASTEJON) en imágenes