Formando parte de La Alcarria Conquense, tenemos la sierra de Altomira. Un espacio protegido que se encuentra en la Red natura 2000 desde una doble figura, ya que está catalogada como LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Además, es la única alineación montañosa alpina de España que tiene una orientación N-S y se consolida como una isla en plena submeseta-sur entre los sistemas montañosos Central, Ibérico y los Montes de Toledo.
Se encuentra localizada en La Alcarria Conquense, entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, representando un 59 % y un 41 % respectivamente.
La composición geológica de la sierra es principalmente cálcico-dolomítica cretácica. Destacar los elementos estructurales de gran espectacularidad como son los pliegues anticlinales, frecuentes en rodilla o tumbados y las hoces procedentes de los fenómenos erosivos.
La vegetación principal es: pinares naturales de Pinus halepensis entrelazados con áreas de encinar y quejigar (en las zonas de umbría) y matorrales mediterráneos asociados como la coscoja (Quercus coccifera), sabina negral (Juniperus phoenicea) tomillo (Thymus vulgaris), la estepa blanca (Cistus albidus) o el romero (Rosmarinus officinalis). Destacar que en los farallones calizos crece un microendemismo Anthirrinetum microphyllum.
Hacer referencia a la presencia de varias especies asociados al piso mesomediterráneo pero que son muy difíciles de observar en el área Celtíbero-Alcarreña como son el durillo (Viburnum tunus), la efedra (Ephedra fragilis), el madroño (Arbutus unedo) o el rusco (Ruscus aculeatus).
Es importante la presencia de zonas con vegetación gipsófila con numerosas especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla La Mancha como son Lepidium Cardamines o Centaurea hissopifolia.
La sierra de Altomira es un lugar de interés desde el punto de vista de la cría de algunas especies cuya situación poblacional es delicada como el caso del águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el alimoche (Neophron percnopterus). Todo esto es posible gracias a la gran cantidad de escarpes y cortados rocosos.
Por otra parte, hay una gran variedad de especies asociados a los cauces fluviales de gran interés como son la nutria (Lutra lutra), el barbo comizo (Barbus comiza) o el galápago leproso (Mauremys leprosa).
Por último, destacar que desde la segunda mitad del siglo XX, la sierra de Altomira se ha visto afectada por la intervención humana, que ha generado una serie de infraestructuras, que hoy en día forman parte del paisaje, como son los embalses de Bolarque, Entrepeñas y Buendía y el transvase Tajo-Segura y la balsa de regulación de La Bujeda.
