Villa Albilla, Villa Blanca, su nombre hace alusión a la blancura de los terrenos sobre los que se asienta. Seguramente fuese fundada en época de repoblación, aprovechando algún asentamiento anterior. En la actualidad es un despoblado, anejo a Villar de Domingo García.
Sus calles permanecen sin asfaltar, aun claramente demarcadas. La naturaleza ha empezado a reconquistar lo que siempre le ha pertenecido. Las fachadas se abren como un olmo herido, mostrando sus vericuetos constructivos al aire que en su recorrido silbado por la calle principal, parece reclamar más silencio. La iglesia resiste, apenas en pie y herida de muerte, pero armada de fe, en la zona más alta. Villalbilla tiene algo, que no se puede explicar.
